RECORDAR PARA MELHOR COMPREENDER

RECORDAR PARA MELHOR COMPREENDER

Bob Dylan: compositor, tocador, cantor e escritor

E por tudo isto é também o primeiro nobel da literatura a receber semelhante distinção no mundo da música. Robert Allen Zimmerman, é o seu nome de nascença, mas desde cedo quis ser Bob Dylan em homenagem ao poeta Dylan Thomas, de quem devorava todos os poemas que dele apareciam. De Minnesota deu o salto para Nova Yorque onde conheceu o cantor-activista Woody Guthrie. Cantou-o até mais não e aos poucos entrou no estilo dos blues e do folk. Como ele próprio afirmou "quem quer compor canções deveria escutar tanta música folk, estudar a sua forma e estrutura e todo o material que existe desde há 100 anos". A Academia Sueca concedeu a distinção ao músico “por ter criado uma nova expressão poética dentro da grande tradição americana da canção”. E bem pode dizer-se que está certa a academia pois é o mesmo Bob Dylan que se gosta de ver pertencente a uma irmandade de escritores cujas suas raízes estão no country puro, no blues e na estirpe folk de Guthrie, da família Carter, Robert Johnson y dezenas de "baladistas" escoceses e ingleses.

Marsuilta associa-se à distinção da academia sueca e traz à memória letras de várias canções de Bob Dylan, bem como uma entrevista que concedeu em 2004 e ainda outros link´s onde se pode conhecer o mundo de Dylan. Enquanto dele se escreve, ele continua a dar concertos e a escrever diariamente, um hábito que guarda desde há muito tempo.

http://elpais.com/diario/2004/05/01/babelia/1083366381_850215.html?rel=mas

http://bigslam.pt/noticias/homenagem-do-bigslam-ao-vencedor-do-premio-nobel-de-literatura-de-2016-bob-dylan/

http://cultura.elpais.com/cultura/2016/10/13/actualidad/1476381455_398709.html

http://observador.pt/especiais/bob-dylan-esta-do-lado-certo-da-historia/

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ACONTECE, ACONTECEU OU VAI ACONTECER



Ciclo de cinema no CCB - Lisboa

Próximos filmes: 18 março O LEOPARDO Luchino Visconti (1963)
14 abril OS DEZ MANDAMENTOS Cecil B. DeMille (1956)
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Carlos Paredes - Evocação e Festa da Amizade

Esta evocação realiza-se no dia 19 de Fevereiro, pelas 15 horas, na Salão d' A Voz do Operário, em Lisboa e é organizado pela Associação Conquistas da Revolução.

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Tertúlias em Ciência

Céu e Mar "Making of", acontece no dia 15 de fevereiro, pelas 17 horas (C4.piso3).

Esta sessão promovida pela Faculdade de Ciências da Universidade de Lisboa, tem a responsabilidade organizativa de Pedro Ré.

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Vanguardas e neovanguardas na arte portuguesa - Séculos XX e XXI. esta é a nova exposição que está patente de terça a domingo no museu nacional de arte contemporânea, em lisboa.

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XXI Exposição de Pintura e Escultura

Esta exposição que mostra obras de vários artistas de arte contemporânea portugueses vai decorrer no Clubhouse do Golfe, nos dias 11, 12 e 18 e 19 de Fevereiro, aos sábados e domingos, das 12h00 às 20h00. A organização está a cabo do Belas Clube de Campo, do Banco Populare a daPrivate Gallery .

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sexta-feira, 2 de dezembro de 2016

Rafael Correa, presidente do Equador, referiu, no acto público da despedida de Fidel Castro, que os que "morrem pela vida não se podem chamar mortos". Muita emoção no discurso de Rafael Correa, para quem Fidel "morreu invicto"e pelas suas ideias se continuará a lutar sempre. Hoje é o discursos do presidente do equador que deixamos hoje.


Pueblos de Nuestra América y del mundo: Fidel ha muerto.
Murió invicto, solo el inexorable paso de los años lo pudo derrotar. Murió el mismo día en que 60 años antes, con 82 patriotas, partió de México para hacer historia.

Murió haciendo honor a su nombre: Fidel, digno de fe. La fe que puso en él su pueblo y toda la patria grande; fe que nunca fue ni siquiera decepcionada, peor aun traicionada.

Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos.

Fidel seguirá viviendo en los rostros de los niños que van a la escuela, de los enfermos que salvan sus vidas, de los obreros dueños del fruto de su trabajo.  Su lucha continúa en el esfuerzo de cada joven idealista empeñado en cambiar el mundo.

En el continente más desigual del planeta nos dejaste el único país con cero desnutrición infantil, con la esperanza de vida más alta, con una escolarización del ciento por ciento, sin ningún niño viviendo en la calle (Aplausos).

Evaluar el éxito o el fracaso del modelo económico cubano, haciendo abstracción de un bloqueo criminal de más de 50 años, es pura hipocresía (Aplausos).  Cualquier país capitalista de América Latina colapsaría a los pocos meses de un bloqueo similar.

Probablemente, por tu formación jesuita, entendiste muy bien —como decía San Ignacio de Loyola— que en una fortaleza sitiada cualquier disidencia es traición.

Para evaluar su sistema político hay que entender que Cuba ha vivido una guerra permanente.  Desde el inicio de la Revolución existe una Cuba del norte allá en Miami, asechando permanentemente a la Cuba del sur, la libre, la digna, la soberana, la mayoritaria en la tierra madre, no en tierras extrañas (Aplausos).  No han invadido a Cuba porque saben que no lograrán vencer a todo un pueblo (Aplausos).

Aquí, en esta isla maravillosa, se han construido murallas, pero no de las que construyen los imperios, sino murallas de dignidad, de respeto, de solidaridad (Aplausos).

Cuba saldrá adelante por sus principios revolucionarios, por su extraordinario talento humano; pero también porque la resistencia está integrada en su cultura, y con el ejemplo de Fidel jamás el pueblo cubano permitirá que su país vuelva a ser colonia de ningún imperio (Aplausos).

No hay ser humano ni acción trascendente que no tenga detractores, y Fidel y su Revolución trascendieron en el espacio y trascenderán en el tiempo.

Contigo se cumple lo que nuestro viejo luchador, el general Eloy Alfaro, amigo de Martí, solía decir:  Si en lugar de afrontar el peligro, hubiera yo cometido la vileza de pasarme al enemigo, habríamos tenido paz, mucha paz:  la paz del coloniaje.

Cuba fue solidaria con la revolución liberal alfarista de fines del siglo XIX y ha sido solidaria con nuestra revolución ciudadana del siglo XXI.

Muchas gracias, Fidel; muchas gracias, pueblo cubano (Aplausos).

La mayoría te amó con pasión, una minoría te odió; pero nadie pudo ignorarte.  Algunos luchadores en su vejez son aceptados hasta por sus más recalcitrantes detractores, porque dejan de ser peligrosos; pero tú ni siquiera tuviste esa tregua, porque hasta el final tu palabra clara y tu mente lúcida no dejaron principios sin defender, verdad sin decir, crimen sin denunciar (Aplausos).

Bertolt Brecht decía que solo los hombres que luchan toda la vida son imprescindibles.  Conocí a Fidel y sé que jamás buscó ser imprescindible, pero sí que luchó toda la vida (Aplausos).  Nació, vivió y murió con la necedad de lo que hoy resulta necio:  la necedad de asumir al enemigo, la necedad de vivir sin tener precio.

Nosotros seguiremos jugando a lo perdido y tú seguirás vibrando en la montaña con un rubí, cinco franjas y una estrella (Aplausos).

Nuevas tormentas enfrenta Nuestra América, quizás más fuertes que aquellas que desafiaste durante 70 años de lucha, primero como estudiante y en el Moncada, luego como guerrillero en la Sierra Maestra, y, finalmente, al frente de una revolución triunfante.

¡Hoy más unidos que nunca, pueblos de Nuestra América! (Aplausos.)

Querido Fidel, tu honda convicción martiana te llevó a estar siempre no del lado en que se vive mejor, sino del lado en que está el deber.

“Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos;

es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas.”

Contigo, Comandante Fidel Castro Ruz, con Camilo Cienfuegos, con el Che, con Hugo Chávez Frías, aprendimos a creer en el hombre nuevo latinoamericano capaz de librar con organización y conciencia la lucha permanente de las ideas liberadoras para construir un mundo de justicia y de paz (Aplausos).

Por esas ideas seguiremos luchando, ¡lo juramos! (Exclamaciones de:  “¡Juramos!”)

Un abrazo solidario a Dalia, a Raúl, a tus hijos.

Hasta la victoria siempre, Comandante (Aplausos).

quarta-feira, 30 de novembro de 2016

Morreu Fidel Castro

Fidel Castro morreu. morreu no dia em que se comemorava 60 anos que tinha partido do México com mais oito dezenas de revolucionários e patriotas para libertar Cuba. morreu Fidel, mas ficaram as suas ideias e prática. morreu Fidel, mas a sua fé, a sua luta incansável pelo progresso e emancipação do seu povo, estão vivas e juntam-se aos que hoje lutam pela paz, pela justiça, pela solidariedade em todo o planeta, por isso Fidel jamais morrerá. Marsuilta apresentará textos de vários autores em homenagem a Fidel Castro. Hoje fica um texto, intitulado, El Fidel que conocí, de Ignacio Ramonet, que tão próximo esteve de Fidel e com ele escreveu "Cem horas com Fidel".





Fidel ha muerto, pero es inmortal. Pocos hombres conocieron la gloria de entrar vivos en la leyenda y en la historia. Fidel es uno de ellos. Perteneció a esa generación de insurgentes míticos – Nelson Mandela, Patrice Lumumba, Amilcar Cabral, Che Guevara, Camilo Torres, Turcios Lima, Ahmed Ben Barka – que, persiguiendo un ideal de justicia, se lanzaron, en los años 1950, a la acción política con la ambición y la esperanza de cambiar un mundo de desigualdades y de discriminaciones, marcado por el comienzo de la guerra fría entre la Unión Soviética y Estados Unidos.

En aquella época, en más de la mitad del planeta, en Vietnam, en Argelia, en Guinea-Bissau, los pueblos oprimidos se sublevaban. La humanidad aún estaba entonces, en gran parte, sometida a la infamia de la colonización. Casi toda África y buena porción de Asia se encontraban todavía dominadas, avasalladas por los viejos imperios occidentales. Mientras las naciones de América Latina, independientes en teoría desde hacía siglo y medio, seguían explotadas por privilegiadas minorías, sometidas a la discriminación social y étnica, y a menudo marcadas por dictaduras cruentas, amparadas por Washington.

Fidel soportó la embestida de nada menos que diez presidentes estadounidenses (Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush padre, Clinton y Bush hijo). Tuvo relaciones con los principales líderes que marcaron el mundo después de la Segunda Guerra mundial (Nehru, Nasser, Tito, Jrushov, Olaf Palme, Ben Bella, Boumedienne, Arafat, Indira Gandhi, Salvador Allende, Brezhnev, Gorbachov, François Mitterrand, Juan Pablo II, el rey Juan Carlos, etc.). Y conoció a algunos de los principales intelectuales y artistas de su tiempo (Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Arthur Miller, Pablo Neruda, Jorge Amado, Rafael Alberti, Guayasamín, Cartier-Bresson, José Saramago, Gabriel García Márquez, Eduardo Galeano, Noam Chomsky, etc.).

Bajo su dirección, su pequeño país (100 000 km2, 11 millones de habitantes) pudo conducir una política de gran potencia a escala mundial, echando hasta un pulso con Estados Unidos cuyos dirigentes no consiguieron derribarlo, ni eliminarlo, ni siquiera modificar el rumbo de la Revolución cubana. Y finalmente, en diciembre de 2014, tuvieron que admitir el fracaso de sus políticas anticubanas, su derrota diplomática e iniciar un proceso de normalización que implicaba el respeto del sistema político cubano.

En octubre de 1962, la Tercera Guerra Mundial estuvo a punto de estallar a causa de la actitud del gobierno de Estados Unidos que protestaba contra la instalación de misiles nucleares soviéticos en Cuba. Cuya función era, sobre todo, impedir otro desembarco militar como el de Playa Girón (bahía de Cochinos) u otro directamente realizado por las fuerzas armadas estadounidenses para derrocar a la revolución cubana.

Desde hace más de 50 años, Washington (a pesar del restablecimiento de relaciones diplomáticas) le impone a Cuba un devastador embargo comercial -reforzado en los años 1990 por las leyes Helms-Burton y Torricelli- que obstaculiza su desarrollo económico normal. Con consecuencias trágicas para sus habitantes. Washington sigue conduciendo además una guerra ideológica y mediática permanente contra La Habana a través de las potentes Radio “Martí” y TV “Martí”, instaladas en La Florida para inundar a Cuba de propaganda como en los peores tiempos de la guerra fría.

Por otra parte, varias organizaciones terroristas – Alpha 66 y Omega 7 – hostiles al régimen cubano, tienen su sede en La Florida donde poseen campos de entrenamiento, y desde donde enviaron regularmente, con la complicidad pasiva de las autoridades estadounidenses, comandos armados para cometer atentados. Cuba es uno de los países que más víctimas ha tenido (unos 3 500 muertos) y que más ha sufrido del terrorismo en los últimos 60 años.

Ante tanto y tan permanente ataque, las autoridades cubanas han preconizado, en el ámbito interior, la unión a ultranza. Y han aplicado a su manera el viejo lema de San Ignacio de Loyola: “En una fortaleza asediada, toda disidencia es traición.” Pero nunca hubo, hasta la muerte de Fidel, ningún culto de la personalidad. Ni retrato oficial, ni estatua, ni sello, ni moneda, ni calle, ni edificio, ni monumento con el nombre o la figura de Fidel, ni de ninguno de los líderes vivos de la Revolución.

Cuba, pequeño país apegado a su soberanía, obtuvo bajo la dirección de Fidel Castro, a pesar del hostigamiento exterior permanente, resultados excepcionales en materia de desarrollo humano: abolición del racismo, emancipación de la mujer, erradicación del analfabetismo, reducción drástica de la mortalidad infantil, elevación del nivel cultural general… En cuestión de educación, de salud, de investigación médica y de deporte, Cuba ha obtenido niveles que la sitúan en el grupo de naciones más eficientes.

Su diplomacia sigue siendo una de las más activas del mundo. La Habana, en los años 1960 y 1970, apoyó el combate de las guerrillas en muchos países de América Central (El Salvador, Guatemala, Nicaragua) y del Sur (Colombia, Venezuela, Bolivia, Argentina). Las fuerzas armadas cubanas han participado en campañas militares de gran envergadura, en particular en las guerras de Etiopia y de Angola. Su intervención en este último país se tradujo por la derrota de las divisiones de élite de la Republica de África del Sur, lo cual aceleró de manera indiscutible la caída del régimen racista del apartheid.

La Revolución cubana, de la cual Fidel Castro era el inspirador, el teórico y el líder, sigue siendo hoy, gracias a sus éxitos y a pesar de sus carencias, una referencia importante para millones de desheredados del planeta. Aquí o allá, en América Latina y en otras partes del mundo, mujeres y hombres protestan, luchan y a veces mueren para intentar establecer regímenes inspirados por el modelo cubano.

La caída del muro de Berlín en 1989, la desaparición de la Unión Soviética en 1991 y el fracaso histórico del socialismo de Estado no modificaron el sueño de Fidel Castro de instaurar en Cuba una sociedad de nuevo tipo, más justa, más sana, mejor educada, sin privatizaciones ni discriminaciones de ningún tipo, y con una cultura global total.

quarta-feira, 23 de novembro de 2016

mentiras descaradas vendidas como pós-verdades

Está na moda o uso da palavra pós-verdade, mas contrariamente ao que nos querem fazer crer estas pós-verdades mais não são que mentiras descaradas e outros artifícios linguísticos para ocultar e esconder verdadeiras realidades. Marsuilta publica um artigo de opinião muito interessante de João Rodrigues sobre as "pós-verdades" .


Está muito na moda entre as elites do poder falar da preocupante entrada numa era da “pós-verdade”. Foi até considerada a palavra do ano. É preciso ter descaramento, já que, na economia política, há muito que muitas dessas mesmas elites nos vendem mentiras descaradas, da direita a uma certa esquerda. Lembram-se quando a modernização financeira era sinónimo de privatização e liberalização financeiras, à boleia da hipótese dos mercados eficientes, processo em que a UE esteve na vanguarda? Num registo que não fosse de pós-verdade, a crise financeira devia ter enterrado tais ideias.

Mas eis que elas sobrevivem a toda a evidência e por todo o lado: da Comissão Europeia e da sua defesa da privatização bancária, ecoada pelo principal blogue da direita, à chamada Europa 2020, que tem como uma das suas brilhantes ideias promover os mercados financeiros como mecanismos de resolução de problemas sociais, à boleia da ideia de “investimento social” (o segredo é colocar social à frente de tudo a ver se cola…). Pelos vistos, no governo há quem goste desta última ficção da política de direita, bem exposta por Sílvia Ferreira.

Como isto também está tudo ligado pelo mesmo desrespeito pela realidade, o que dizer da ideia segundo a qual a propriedade pública já não interessaria para nada numa época dita pós-nacional, parte da ficção segundo a qual a soberania política não teria qualquer relevância para o desenvolvimento económico? Nos jornais, que sobrevivem da publicidade paga por muitas empresas privatizadas, ou seja, controladas por estrangeiros, e que geralmente querem saber pouco da verdade, poucos são ainda os comentadores económicos que assinalam a mentira e a verdade neste campo. Nicolau Santos é uma excepção e num dos últimos Expresso Curtos escreveu:

“[U]m país que não controla os seus portos, os seus aeroportos, a sua energia (quer a produção quer a distribuição) nem o seu sistema financeiro na quase totalidade (escapa a CGD) é seguramente um país que terá no futuro cada vez mais dificuldades em definir uma estratégia nacional de desenvolvimento.”

Bem visto. Agora, posso continuar com “pós-verdades”? Mais algumas: a UE, em geral, e o Euro, em particular, são factores de convergência e de coesão, o aumento da desigualdade é o preço a pagar pela prosperidade, o comércio livre é o segredo do crescimento económico, a austeridade é expansionista. Na economia política, já há algumas décadas que entrámos na era da pós-verdade. Pode bem dizer-se que é o outro nome do neoliberalismo. Os neoliberais, conscientes e inconscientes, dos vários partidos não podem agora queixar-se das invenções populistas: a verdade parece resumir-se ao preço.

Entretanto, populismos há muitos e os diádicos conseguem colocar em cima da mesa verdades bem incómodas. Não sei se só a verdade é que é revolucionária, mas creio que tem um viés bem desfavorável ao status quo


artigo original escrito em: http://ladroesdebicicletas.blogspot.pt/

segunda-feira, 14 de novembro de 2016

consequências da eleição de Trump

O pós-eleições nos EUA com a respectiva vitória de Trump tem sido motivo de muitos programas  e debates e várias crónicas por este mundo fora. O tema é demasiado importante e a figura de Trump demasiado preocupante. muito do futuro dos EUA, mas também da europa e restante mundo tem sido discutido por estes dias. marsuilta deixa nova crónica sobre este assunto.


¿Se resiente el establishment con la elección de Trump?

Si ha habido sorpresa en la victoria electoral del multimillonario Donald J. Trump en las recientes elecciones presidenciales de Estados Unidos, tanto o más la hay con las multitudinarias manifestaciones callejeras contra el magnate presuntamente por quienes votaron en su contra.




Las protestas, que han sacudido a las grandes ciudades de costa a costa bajo el slogan “Trump no es mi presidente”, difícilmente encuentren alguna analogía en las 44 ocasiones anteriores en las que fueron proclamados los ganadores de esas contiendas, y eso llama poderosamente la atención.

Si esas manifestaciones son representativas de los 59 millones de personas que votaron en contra de Trump, y nadie duda que no sea así, están diciendo a voz en cuello que hay una peligrosísima polarización política en el corazón del sistema capitalista mundial, no en un país cualquiera, y sus consecuencias nunca serán buenas.

La polarización política en estos casos es mucho más que la simple separación matemática de un conglomerado en dos o más partes con suficientes potencialidades de poder, que en el caso de Hillary Clinton y Donald J. Trump es más o menos 50-50 en lo que a votos obtenidos se refiere.

Pero la situación es más compleja de lo que a simple vista puede parecer, pues atañe más que a una ideología partidista, a la propia estructura del sistema que les sirve de soporte a demócratas y republicanos e incluso a sus derivaciones independientes en las que algunos analistas sitúan a Bernard Sanders y a Trump aunque en latitudes opuestas.

En esta línea de pensamiento hay bastante coincidencia en que la campaña electoral, calificada casi unánimemente como la más vergonzosa de todas, incluida la de los Bush que es mucho decir, expuso al aire los huesos deformados de un sistema político roído por una artrosis ideológica requerida de una intervención quirúrgica profunda para la cual no estaba preparada Hillary Clinton por el simple expediente de que ella sería más de lo mismo o, peor aún, porque el viejo establishment enfrentado a Trump borraría las tenues diferencias partidistas para fortalecer la cúpula de poder que tanto engordó con la globalización neoliberal a la cual aún ni siquiera pretende renunciar.

Esa élite demócrata y republicana no tomó en cuenta que los más de treinta años de crisis económica actuaron como una piedra de esmeril en la mayor parte de los sectores de una sociedad con ingresos muy desequilibrados e insuficientes para cubrir las necesidades básicas actuales, ni que estaba requerida de cambios conceptuales frente a una globalización neoliberal que los marginaba mientras hacía multimillonarios a los millonarios.

Mucho menos repararon en el desgaste de sus instituciones financieras, administrativas y comerciales como los tratados de libre comercio, bases del neoliberalismo y la globalización, que cedieron espacio a un sistema de poder hecho para multiplicar de manera incesante e imparable la concentración del capital, fueran sus beneficiarios demócratas o republicanos.

A fortalecer esos criterios contribuyeron en extraordinaria medida los medios de comunicación, cuya mayoría aplastante dio la espalda a Trump en concierto con los demás poderes a fin de garantizar el estatus quo en el que se movían ambos partidos.

Pocos, o nadie de ellos, aceptan que la campaña electoral transcurrió en medio de un deterioro progresivo de la democracia nacional agudizada desde el año 2000 con el denominado golpe de Estado de George W. Bush, cuando la Corte Suprema suspendió el conteo de votos en Florida y le dio la victoria.

Esa situación se convirtió en crisis del espíritu con la presunta lucha contra el terrorismo usada por Bush para sus guerras por el petróleo y habilitar la tortura, crear el campo de concentración en la base naval de Guantánamo en Cuba, autorizar el asesinato selectivo, el uso de drones, las intervenciones militares en Afganistán, Irak, Libia y Siria y en los propios Estados Unidos restringir los derechos civiles mediante la falacia de una Ley Patriótica y el espionaje.

Barack Obama, primer presidente negro del gran imperio blanco, se desdobló rápidamente al ingresar en la Casa Blanca y convirtió él mismo en papel mojado todo lo que había proclamado como candidato, al punto de convertirse en el presidente que más guerras encabezó, que más gente desplazó de sus hogares,  que más emigrantes expulsó y quien más ha deshonrado su inmerecido Premio Nobel de la Paz.

Todo eso, y mucho más, es lo que representaba Hillary Clinton- tanto por su apoyo a Obama como por sí misma con su intervención personal en los ataques a Libia y Siria- para la mayoría de los votantes que sufragó por Trump quien, a sabiendas que ir en contra de ese panorama era su garantía para el triunfo, lo aprovechó a sus anchas sin importar si lo hacía de forma chabacana e inculta e incluso hasta grosera, al extremo de quedar solo, sin el apoyo de su partido ni de la gran prensa y, por supuesto, sorteando los cañones del establishment que no dejó ni un segundo de descargarle toda su artillería. Al final, todo obró a su favor.

¿Significa eso que Donald J. Trump es el antiestablishment por antonomasia? ¿Es el Satán del sistema en quiebra? Nada más lejos que ello. El magnate inmobiliario interpretó su rol del “contra” como hacía antaño frente a las cámaras de TV y fue fiel a un guión bien redactado para meterse entre pecho y espalda de quienes pedían un cambio y no eran escuchados.

Pero de ahí a ser la causa de la disfunción sistémica de Estados Unidos, hay un gran trecho. Sí se puede decir, en cambio, que su elección como presidente es una consecuencia de la degradación política, ideológica, moral y ética de un imperio en decadencia.

Algunos analistas se aventuran a especular que las marchas contra Trump se iniciaron estimuladas por sectores derrotados del viejo establishment, algo muy difícil de probar y además peligroso por lo que significa tantos miles de personas en la calle cuando hay un equilibrio tan exacto entre quienes lo votaron o lo vetaron, pero más importante es mantener las expectativas más allá del 20 de enero cuando sea proclamado el 45 presidente de la Unión, y empiece a develar su verdadero pensamiento, y que sus discursos dejen de ser filigranas y actuaciones como hasta ahora.

No es ocioso recordar que el próximo año Trump va a disponer de un presupuesto militar de 583 mil millones de dólares cuando la militarización de Estados Unidos sigue marchando aceleradamente, y que las acciones de los fabricantes de armas que negocian con el complejo militar industrial subieron en lugar de bajar, cuando en la bolsa se conoció que Trump había ganado.

Incluso las acciones del proveedor británico de armas BAE Systems y la firma de electrónica de defensa Thales aumentaron en un 3%, según el Wall Street Journal a pesar de las inquietantes críticas de Trump a la OTAN.

Tampoco se debe olvidar que Trump es un multimillonario que figura en la lista de los privilegiados con un capital personal declarado por él de 10 mil millones de dólares –algunos se lo reducen a cuatro mil millones- y que hasta ahora su acción no es para demoler el sistema por mucho que lo odie o lo rechace el viejo establishment, sino perfeccionarlo y regresar a la época de oro después de la Segunda Guerra Mundial cuando Washington estaba en alza y no en declive como ahora, ni compartía el poder con sus aliados como en la actualidad hace con los países del G-7.

Al menos ya Trump le saca una cabeza de ventaja a las élites de los dos partidos: fue electo presidente de Estados Unidos viniendo de la nada, y no solamente derrotó al partido Demócrata sino también al Republicano al convertirse en el primer rebelde que la poderosa cúpula partidista no ha podido derrotar ni antes, ni en las primarias, ni después de éstas con lo cual reveló, para la historia, una seria grieta en la base de un partido que lo despreció.

original em: http://www.alainet.org/es/articulo/181656

quinta-feira, 10 de novembro de 2016

Contra quase todos Trump ganhou as eleições

Com as sondagens a darem a  vitória a Hillary Clinton ninguém queria acreditar ontem que tivesse sido Donald Trump a ganhar. Para muitos triunfou o que deveria ter perdido, o impossível na américa aconteceu. As visões catastrofistas e extremadas espalharam-se de imediato. Afinal qual o medo que esconde esta agitação? Marsuilta tentará nos próximos dias encontrar as melhores explicações para estas eleições, como também para o futuro. Hoje fica um texto de marta h luís para reflexão.



Trump presidente dos EUA


Acordei com a confirmação da notícia vinda da madrugada: Donald Trump será o próximo presidente dos Estados Unidos da América.
Acordei com comentadores excitados e em choque pela vitória de Trump. Não me surpreendi, afinal assim acontecera recentemente com o brexit na Grã-Bretanha. Assim costuma ser em habituais casos de ruptura com o sistema. ontem nas eleições dos EUA houve uma ruptura pelo menos com um certo mundo pseudo-intelectual, um mundo de uma classe de especialistas com uma educação orientada por uma etiqueta semelhante que nos comanda e responde a todas as nossas dúvidas e interrogações. Esta classe de académicos-burocráticos, gente bem vestida, aparentada e de boas companhias, deseja comandar a nossa vida e sem esforço movimenta-se com à vontade nos meios de comunicação social e outras instâncias representativas do poder, para nos dizer o que comemos, o que fazemos, o que falamos, como pensamos e, também neste caso, como votamos. Esta classe perdeu sem dúvida ontem com a vitória de Trump.

Por ventura seria motivo de espanto e reflexo de uma evidente irresponsabilidade individual se aqueles a quem chamo classe de especialistas pseudo-intelectuais soubessem que não fiquei mais preocupada depois do triunfo do republicano Donald Trump, como também não estaria mais descansada acaso Hillary Clinton tivesse ganho, como para meio mundo era impossível de não acontecer. E desde logo por uma questão de princípio. Ora vejamos: descansaria eu por saber que não é pelos comentários ou discursos mais ou menos xenófobos de Trump, as suas ideias sexistas, populistas, e uma dita ignorância e incapacidade para exercer um cargo de tamanha responsabilidade como ser presidente dos EUA, que estão por detrás das razões para o establishment liberal não o querer e tanto odiar e criticar? Ficaria, ao invés, mais descansada por saber que as instâncias do poder americano, nomeadamente a CIA, o Pentágono, a Casa Branca, mostraram elevada preocupação pela hipótese de Trump ganhar? Nem descansada, nem angustiada, continuo sim apreensiva e receosa pelo sinal de inquietação manifestado pelo poder estabelecido nos EUA, porque ele me permite perceber melhor o que está em jogo nestas eleições. O que os preocupa não são pois as ideias de uma possível política interna de Trump, o que os preocupa, é se o seu domínio no mundo se perde, ou esvanece. Por acaso alguém ouviu ou leu nos meios de comunicação social que Trump, num dos seus discursos, referiu que “seria óptimo se nos entendêssemos com a Rússia”. O que os incomoda é sentirem a possibilidade (mesmo ao fim do túnel) de Trump efectuar algum acordo com o inimigo número dos EUA – Putin e a Rússia, e quiçá com a China. O que os incomoda, são as declarações do presidente russo ao afirmar que o seu país está pronto e “disposto a restabelecer por completo as relações com os EUA”. Esta possibilidade de discussão da paz e não da guerra é que os preocupa e agita. Todo o espectáculo de hoje dos mercados, as declarações de vários governantes, exemplos vindos da Alemanha e da França, da União Europeia, através de Juncker e Tusk, surgem naturalmente e em catadupa logo após o conhecimento dos resultados eleitorais. as visões catastróficas da américa, as visões de um mundo que vai desabar, são sinais do desnorte reinante.  O habitual.

Para definitivamente, espero, ficar esclarecida a questão da minha preocupação, ela não cresceu com Trump, porque as acusações a Trump não são maiores do que o racismo e extremismo de Hillary e Bill Clinton, aliás, deles temos exemplos reais, como a política de guerra contra os afro-americanos aquando a reforma da segurança social promovida por Bill Clinton na sua presidência, já lá vão 20 anos, ou de Hillary, na sua missão intervencionista no médio oriente, como secretária de estado de Obama, ou os seus comentários tão infelizes em directo quando soube do assassinato de kadafi, na Líbia, ou ainda, em conjunto com o seu marido, no apoio à guerra contra a Jugoslávia e o consequente ataque e derrube de Milosovic. Este, dito ditador e culpado de massacre e genocídio de milhares de pessoas, veio a ser ilibado recentemente (infelizmente para si depois de morto) dos seus crimes pelo mesmo tribunal internacional penal de Haia, que o tinha culpado, criado pelos EUA, precisamente para julgar antigos dirigentes daquele país, provando precisamente que Slobodan Milosovic teria agido e defendido a paz e nunca a guerra. A tudo isto há ainda a somar o peso da desconfiança sobre a conduta e comportamento corruptos de Hillary e do seu partido (fraudes e lavagem de dinheiro), como também, o seu envolvimento, enquanto secretária de estado, de forma indirecta (através de pressões sobre o Quatar e Arábia Saudita) no financiamento do ISIS. Através da wikileaks Assange acusa Hillary de mentir aos americanos nesta matéria, e mostra-o pela publicação do teor dos seus emails pessoais. Como poderia eu ficar descansada?

Reclamo nesta altura a presença de Paul Krugman, nobel da economia e colunista fiel do New York Times, a quem coloco no saco daqueles a quem apelidei de classe pseudo-intelectual. Reclamo-o, porque especialista como é, pode-nos apresentar uma explicação para o sucedido. Ao lê-lo bem cedo, denoto-lhe um turbilhão de emoções e muita desilusão pela vitória de Trump, ou será antes pela derrota de Hillary? De Trump “o candidato siberiano”, como lhe chamou, e do seu triunfo, escreve que ele, Krugman, e os seus concidadãos, não entendem o seu próprio país. Interroga-se, incrédulo, de como se votou num candidato não qualificado e com temperamento doentio, assustador e ridículo. À pergunta por si formulada, se a América é um estado falhado como sociedade, responde que parece realmente possível que o seja. Continua o seu rol de posições catastrofistas que eu sem paciência deixei de ler. Fixei apenas a pergunta e fui tentar obter explicações. Num artigo escrito por Miguel Barrios, professor em educação e ciência política, este afirma que os EUA encontram-se na sua mais profunda decadência geocultural. O poder global de uma nação, na leitura do geo-político norte-americano Brzezinski, apresenta quatro factores decisivos: militar, económico, científico-tecnológico e cultural. O crescimento tecnológico, económico-político, tem sido acompanhado por uma decadência moral, visível pelo aumento da criminalidade, da droga e violência geral, por uma decadência familiar (diminuição da natalidade, aumento dos divórcios, aumento do envelhecimento), por uma desocupação de cidades em resultado da deslocalização de fábricas e empresas para fora do país, pela concentração da riqueza, pelos mais baixos níveis na educação. Os problemas de perda de emprego, de trabalho, de salários, de mercado, foram pertinentemente explorados por Trump. A campanha eleitoral mostrou que não havia um consenso nacional, e os resultados são prova disso mesmo. Há somente a busca de um inimigo (Irão, antes Chávez, os chineses, agora Putin) e os valores proclamados pela nação americana estão em discussão. E que valores são estes? Para o mesmo Miguel Barrios, no seu artigo de fundo sobre as eleições americanas, são a democracia, o individualismo, a igualdade perante a lei, a propriedade privada, a constituição, valores que necessitam de uma revigoração a par de uma revitalização dos elementos básicos da cultura anglófona – cristandade, língua inglesa, ética do trabalho, moralismo e estado de direito. Faço um parênteses para frisar a importância da educação nos EUA. Em 2005 publicou-se um documento elaborado pela Academia de Ciências, onde se expressava a preocupação pela debilitação da liderança económica dos EUA, precisamente pela debilitação nas componentes científico e técnicas dessa liderança. Havia, notavam-no, um desequilíbrio entre as necessidades tecnológicas e as ofertas educativas e recomendavam uma transformação do sistema educativo a todos os níveis.

Volto a Trump e aos valores perdidos que precisamente o ajudaram na sua ascensão e vitória frente a Hillary, incapaz de contrariar Trump e de perceber que teria de chamar a si as classes populares dando vida àquilo que é real nos EUA (multiculturalidade, movimentos dos direitos civis,etc) e não àquilo que é mascarado e virtual. Hillary foi incapaz de chamar a si o povo, preferindo juntar-se em conluio com os medía e com o poder financeiro. Hillary é a face visível daquilo que tem sido uma vocação imperial desde sempre dos EUA, mas insistiu em disfarçar esta realidade, mascarando-a ao mundo e principalmente aos olhos dos próprios cidadãos norte-americanos.

martahluís
nov.2016

quarta-feira, 9 de novembro de 2016

Trump ganhou mas importa primeiro chegar à história dos próprios EUA

Tal como no brexit, mais alto se levantam as vozes catastrofistas do fim da américa, da desgraça e descrença, perante alguém que foi apelidado como não qualificado para o desempenho da alta função de ser presidente dos EUA. Mas mais do que entrar neste onda de choque há que reflectir e reflectir, por exemplo no que são os EUA ontem e hoje. marsuilta deixa aqui o artigo de opinião de Pedro de la Hoz à série televisiva"A história não contada dos EUA", de Oliver Stone. O jornalista refere esta série, mas também sugere livros e outros filmes para se conhecer um pouco mais esta história.


José Martí dio la pista. Testigo excepcional de un periodo de la historia de Estados Uni­dos en que se perfiló el carácter imperial de su sistema político y sus ínfulas de superioridad universal, luego de haber vivido casi tres lustros en el seno de esa sociedad publicó un artículo revelador en el periódico Patria el 23 de marzo de 1894, en el que desmontó un mito dominante: «Es de supina ignorancia, y de ligereza infantil y punible, hablar de los Estados Unidos, y de las conquistas reales o aparentes de una comarca suya o grupo de ellas, como de una nación total e igual, de libertad unánime y de conquistas definitivas: semejantes Estados Unidos son una ilusión, o una superchería».
Cinco años antes, en carta dirigida al di­rector del periódico The Evening Post, texto que se conoce como Vindicación de Cu­ba en el que refuta el ataque anticubano aparecido una semana antes en The Manu­facturer, Mar­­tí, en una frase muy citada pero que conviene estudiar en profundidad, dice: «Ama­mos a la patria de Lincoln tanto como tememos a la patria de Cutting». Esa imagen, al situar de un lado el talante ético del hombre que declaró «si la esclavitud no es error, nada es un error» y de otro a un aventurero que exacerbó pasiones para arrebatar a México parte de su territorio, develó a nivel simbólico una realidad: la existencia de dos Estados Unidos.
La retransmisión por estos días en el canal Multivisión de la serie La historia no contada de Estados Unidos, de Oliver Stone, acotada por comentarios y entrevistas realizadas por Rei­nal­do Taladrid, constituye una ventana al conocimiento de un costado de la historia de esa na­ción en el siglo XX que se desmarca de la me­ga­lomanía y el excepcionalismo norteamericanos.
Al margen de limitaciones conceptuales y aristas controversiales, el relato de Stone, asistido por la exhaustiva investigación documental de Peter Kurnick, pone al descubierto los in­tersticios de una irrefrenable vocación imperial que se empeña en maquillarse no solo a los ojos del mundo sino de los propios ciudadanos norteamericanos.
Es una mirada aguda sobre la patria de Cutting en la que se revelan el innecesario y criminal ataque nuclear contra la población japonesa, los reales propósitos de la Guerra Fría, la injerencia y el intervencionismo en América Latina, los motivos espurios de la agresión a Vietnam, la manipulación de la opinión pública para justificar las guerras en el Medio Oriente y las razones de la histeria anticomunista.
Complemento imprescindible para la apre­ciación de esa producción audiovisual, recomiendo la lectura de La otra historia de los Estados Unidos, de Howard Zinn (1922-2010). Existe una edición cubana del 2004, a cargo de Ciencias Sociales, cuya reedición, acompañada de una consistente promoción, haría falta. Zinn viajó a La Habana para presentar el libro.
En esa oportunidad pude entrevistar al destacado intelectual. Le pregunté qué lo había llevado a escribir la obra y respondió: «Ante la certeza de que la historia oficial, la de los libros de textos y lo que publican todos los días los grandes medios de prensa, nos inculcaba una dimensión mítica de nuestra nación. Se han ido sumando mentiras y mentiras sobre determinados acontecimientos. Quise contar desde el punto de vista de las víctimas, de los soldados que fueron a las guerras, de los obreros que sufrieron la explotación para que se multiplicara una enorme riqueza. ¿Quiere usted mayor mentira que insistir que a fines del siglo XIX ayudamos a los cubanos a conquistar la independencia de España, cuando sabemos que fue una intervención interesada para posesionarnos de un territorio que aseguraba la dominación del arco de las Antillas y Cen­troa­mé­rica?».
Al dialogar con el historiador surgieron dos nombres y un asesinato judicial de los que no se habla mucho en nuestra época y son botones de muestra sobre el ocultamiento de coordenadas relevantes para la comprensión de lo que ha sido —y no deja de ser—  la Unión norteamericana.
Recordó cómo Eugene Debs (1855-1926) y otros 1 000 compatriotas fueron enviados a prisión durante la Primera Guerra Mundial, de acuerdo con la Ley de Espionaje, sin haber co­metido acto alguno que clasificara como tal. «Eran socialistas que hablaban en voz alta contra la guerra. Debs había dicho: “la clase de los pa­trones siempre ha declarado las guerras, y la clase sometida siempre ha peleado en las batallas”».
En fechas recientes Debs volvió fugazmente a la palestra, a tenor con un dato en la biografía del candidato demócrata Bernie Sanders, derrotado por una Clinton que empleó métodos no muy limpios que digamos en la porfía. Sanders escribió el guion y produjo por su cuenta en 1979 un documental sobre Debs en el que reconocía la influencia de este en sus ideas políticas. En su oficina del Senado, Sanders exhibió siempre una foto de Debs.
Zinn lamentó en aquella conversación el desconocimiento entre los jóvenes de su país en torno a una personalidad legendaria: el escritor y periodista John Reed (1887-1920). Debo decir que no solo en Estados Unidos, sino en buena parte del mundo estamos en deuda con la memoria del autor de las crónicas de México insurgente y Los diez días que estremecieron al mundo. Quizá este de ahora es un buen momento para refrescar en la programación televisiva o de promover intencionadamente en los soportes audiovisuales un filme muy respetuoso, de Warren Beatty, estrenado en 1991, Reds, y de reproducir los capítulos que el mexicano Paco Ignacio Taibo II dedicó a Reed en la serie Los nuestros, transmitida por Telesur.
La memoria fílmica puede colaborar a la recuperación de la memoria histórica. Hace pocas semanas, de manera casi inadvertida, la TV Cubana proyectó Sacco y Vanzetti, película italiana de Giuliano Montaldo, protagonizada por Gian María Volonté y Riccardo Cu­cciolla, que hizo época en los años 70, no precisamente en Estados Unidos. El interés por ese caso incentivó al cineasta Peter Miller a rodar en el 2006 un documental con el mismo título, que contó con el atractivo de utilizar las voces de los populares actores John Turturro y Tony Shal­houb (el detective Monk).
Al zapatero Nicola Sacco y al vendedor de pescado Bartolomeo Vanzetti los acusaron de haber perpetrado el asalto y asesinato a dos empleados de la compañía Slater Morris, en la localidad de South Baintree, Ma­ssa­chu­setts,  el 15 de abril de 1920 y tras un juicio ama­ñado, pese a numerosas protestas, fueron ejecutados en la silla eléctrica el 23 de agosto de 1927.
«La injusticia de clase —acotó Zinn en un artículo— recorre transversalmente todas las décadas, todos los siglos de nuestra historia. En medio del caso de Sacco y Vanzetti, en el poblado de Milton, Massachusetts, un hombre rico le disparó a otro que recogía leña en su propiedad y lo mató. Pasó ocho días en la cárcel, luego se le dejó salir con fianza, y no fue procesado. Una ley para los ricos, una ley para los pobres; esa es una característica persistente de nuestro sistema de justicia». Cualquier parecido con la realidad de hoy no es pura coincidencia.
Vuelvo al Martí de 1894, preciso en sus deslindes, lúcido en sus anticipaciones: «Es de gente menor, y de la envidia incapaz y roedora, el picar puntos a la grandeza patente, y negarla en redondo, por uno u otro lunar, o empinársele de agorero, como quien quita una mota al sol. Pero no augura, sino certifica, el que observa cómo en los Estados Unidos, en vez de apretarse las causas de unión, se aflojan; en vez de resolverse los problemas de la humanidad, se reproducen; en vez de amalgamarse en la política nacional las localidades, la dividen y la en­conan; en vez de robustecerse la democracia, y salvarse del odio y miseria de las monarquías, se co­rrompe y aminora la de­mocracia, y renacen, amenazantes, el odio y la miseria».

pode consultar o original deste artigo em:
http://www.granma.cu/cuba/2016-11-08/esos-otros-estados-unidos-que-debemos-conocer-08-11-2016-22-11-37


sexta-feira, 4 de novembro de 2016

O mal é uma doença psiquiatra? E há ou não uma responsabilidade moral num crime ?

Em entrevista ao Jornal I, a neurologista e especialista em doenças e distúrbios do sono, Teresa Paiva, abordou o caso mediático do fugitivo Pedro Dias e a discussão difícil sobre as perturbações psiquiátricas, sendo que na sua opinião há actualmente uma tendência para a psiquiatrização do mal. sobre as vítimas, fala com propriedade, pois ela própria foi vítima num outro caso mediático - o assalto a um banco com a intervenção de snipers em lisboa - referindo a falta de acompanhamento gritante que as vítimas sofrem. Marsuilta deixa na íntegra a entrevista de Teresa Paiva para ler.

                                         A Neurologista Teresa Paiva

A especialista em sono foi uma das médicas que avaliaram Vítor Jorge, o responsável pelo massacre do Osso da Baleia, há perto de 30 anos.
Na madrugada de 2 de março de 1987 Vítor Jorge matou sete pessoas, cinco amigos, a mulher e uma das filhas. O massacre do Osso da Baleia, a praia no concelho de Pombal onde morreram as primeiras vítimas, foi o primeiro caso de grande violência na história recente do país.
A neurologista Teresa Paiva, mais conhecida pelo estudo e tratamento de distúrbios do sono, era na altura diretora do serviço de electroencefalografia no Hospital de Santa Maria e foi uma das médicas que participaram nas perícias do que viria a ser um julgamento polémico.
As opiniões dividiram-se: seria Vítor Jorge um doente mental grave, inimputável, ou terá sido aquele um ato de violência extrema, que nada pode justificar?
Vítor Jorge foi condenado a 20 anos de prisão. Cumpriu 14 e saiu em liberdade por bom comportamento. Numa altura em que o país está mais uma vez em choque com uma história de violência com contornos difíceis de perceber, Teresa Paiva mantém a convicção: as circunstâncias não atenuam o mal.

Há quase 30 anos, foi uma das médicas a avaliar Vítor Jorge. Que memórias tem desses dias em que o país, como agora, estava em choque com um massacre sem precedentes?
Foi o primeiro grande crime deste género no país, uma coisa brutal. O país parou, nunca se tinha visto nada assim. Vi-o no hospital a pedido dos psiquiatras que o estavam a acompanhar para ver se tinha alguma alteração. Fiz-lhe uma punção lombar e o exame neurológico. Foi um contacto breve mas tenho memórias muito negativas daquele dia.
Porquê?
Pela insegurança que senti. Uns tempos antes tinha visto no hospital uns indivíduos das FP25, estava a decorrer o julgamento, e nessa ocasião houve uma segurança tremenda no hospital. Trabalhava no piso 7 e havia polícias de metralhadora desde o rés-do-chão até lá acima e mais uns quantos no laboratório. Tive de mandar toda a gente embora e fiquei só eu e o homem. E repare: eu nem vi o homem, só analisei os exames. Quando foi do caso do Vítor Jorge tinha um polícia à porta do serviço que ia dormitando e mais nada. O psiquiatra que estava a acompanhá-lo tratava-o com uma imensa delicadeza, e aproveitava os intervalos para umas meditações na cama. Quando fazemos este tipo de exames ficamos muito perto da pessoa e senti-me insegura fisicamente. Fez-me impressão a diferença de tratamento perante a barbaridade que tinha acontecido.
Não encontrou nada?
Não posso falar disso mas fiz o relatório que foi apresentado ao tribunal e o julgamento teve o desfecho que conhecemos.
Não é suposto um médico conseguir distanciar-se quando analisa um doente?
Com certeza, mas nunca nos distanciamos totalmente. Temos de os tratar todos da mesma forma e tratei-o perfeitamente bem. Não fui malcriada nem inconveniente, mas outra coisa é sabermos o que fizeram e termos a nossa opinião.
A propósito deste crime em Aguiar da Beira, tem pensado no Vítor Jorge?
Não tinha pensado nisso ainda, vocês é que me vieram fazer lembrar. Naturalmente que tem havido casos nestes últimos anos que nos levam para a mesma questão que foi muito discutida com o Vítor Jorge, que é saber se as pessoas que cometem estes atos de grande violência serão doentes psiquiátricos, pouco responsabilizáveis ou mesmo inimputáveis, ou se pelo contrário estão conscientes do que fazem. Até em crimes de grande dimensão. Quando aquele indivíduo de extrema direita matou 70 pessoas na Noruega, apareceram logo psiquiatras a dizer que ele tinha uma doença psiquiátrica grave e era inimputável.
No caso do Osso da Baleia houve um grande debate, com médicos conceituados a insistir na inimputabilidade.
Julgavam que tinha morto por amor.
Estaria apaixonado por uma das raparigas no grupo que estava na praia, que lhe teria dado falsas esperanças. Não aceitou a tese?
Já agora... Eu acho que não se mata por amor. Quando se mata não se ama.
Mas falamos muitas vezes de crimes passionais.
Mas os crimes passionais podem não ser por amor, são emoções erradas que não são exatamente amor. Matar uma pessoa é de uma violência extrema.
É uma desculpa falar de motivos?
Podem não ser desculpas, podem ser as circunstâncias, mas não são justificação e não atenuam a violência. A questão que se pode colocar é se existia uma doença psiquiátrica ou não e a meu ver tem havido muita tendência de psiquiatrizar o mal, de fazer do mal uma doença psiquiátrica, o que me parece errado.
Mas a fronteira é clara?
É um problema muito complicado quer do ponto de vista filosófico, quer do ponto de vista das neurociências e até social. Não é algo que possamos responder sim ou não. Mas o que vemos é que parece haver sempre uma tentativa da defesa de usar esse argumento. Quando houve aquele crime em Nova Iorque...
Quando o modelo Renato Seabra assassinou Carlos Castro?
Sim. Também se disse que o Renato tinha um quadro psiquiátrico e depois foi condenado. É difícil estabelecer se no momento do crime havia ou não um estado psiquiátrico que retire toda a responsabilidade à pessoa. Isso pode acontecer, mas só em casos muito específicos, numa esquizofrenia talvez.
Isso foi alegado no caso de Vítor Jorge, ele atribuía os atos a outro dentro dele.
Sim, foi. O problema que se põe é saber se, efetivamente, aquilo é uma coisa do cérebro mas, mesmo havendo algo no cérebro, se a pessoa pode ter ou não responsabilidade moral. Sabemos que há regiões do cérebro que funcionam em situações violentas e as pessoas criminosas podem ter alterações, agora isso não as torna necessariamente inimputáveis. Se não, repare: com o crescendo de entidades psiquiátricas nunca ninguém seria julgado. No último Manual de Diagnóstico e Estatística dos Transtornos Mentais (DMS-5), há uma série de perturbações psiquiátricas que podem ser associadas ao crime: perturbação de conduta, personalidade antissocial, distúrbio de cleptomania, o distúrbio explosivo intermitente, perturbação voyeurista, sadismo sexual e pedofilia. Reconhece-se que isto são alterações psiquiátricas mas isso não significa que as pessoas não sejam capazes de decidir.
E vai-se por vezes demasiado longe?
Sim, mas também porque algumas alterações psiquiátricas e crimes têm factores de risco semelhantes, como o abuso sexual na infância, baixas condições socioeconómicas, ter tido traumas na infância ou ter presenciado agressões graves. De uma forma ou de outra, temos de encarar os factores de risco de uma forma não determinista. Mas não só nesta área da violência. Quando ouvimos dizer que um doente tem uma depressão porque a mãe o abandonou, quantas pessoas foram abandonadas pela mãe e fazem a sua vida? A Oprah Winfrey é um exemplo conhecido, nasce de uma relação fortuita, violada em criança, teve problemas mas conseguiu de alguma forma superá-los.
Na sua opinião por que há esse movimento de excessiva psiquiatrização?
Se metade da população tiver um distúrbio psiquiátrico, há aqui um enorme campo de intervenção.
Os seus amigos psiquiatras não devem achar graça essa sua visão.
Nem toda a gente pensará assim. A nomenclatura psiquiátrica é uma área ainda em grande estudo e a psiquiatria é uma ciência muito difícil, em que continua a não ser muito fácil de medir. Mesmo na neurologia, quando estudamos dores de cabeça ou insónias, se não conseguimos fazer uma medição objetiva de alguma coisa como fazemos na diabetes, do colesterol na tensão e temos de entrar com fatores de vida, do passado e do presente, é mais complicado dar uma resposta.
Sempre foi claro para si que o seu caminho era pela vertente da neurologia e não da psiquiatria?
Sim. Fiz o estágio no Júlio de Matos e sempre me faz um bocado confusão a forma como os doentes eram tratados.
Que imagens a marcaram?
Enfermarias fechadas, tudo com ar de prisão. Os doentes a pedir esmola na Avenida do Brasil. A dificuldade em tratar as pessoas e as estratégias que eram usadas impressionavam-me. Claro que o cenário dos hospitais psiquiátricos onde os doentes ficavam anos institucionalizados era muito pesado mas hoje esta ideia de os tirar dos hospitais e não terem bem para onde ir não é muito melhor, tem um impacto tremendo nas famílias.
Chegam-lhe relatos ao consultório?
Também. Uns vão andando de um lado para outro consoante as famílias conseguem apoiá-los, outros andam por aí ou vão parar à cadeia. Mas para mim o estágio foi um momento de decisão porque percebi que precisava da medida. Com certeza que há coisas transcendentes, o amor não se mede, a amizade não se mede, mas em medicina para temos de ser minimamente objetivos e para mim a psiquiatria não era suficientemente objetiva.
Mas o cérebro não implica sempre alguma incerteza?
Sim, mas enveredei por algo mais mensurável. O sono mede-se. O cérebro de uma pessoa com insónia é diferente de uma pessoa sem insónia, o mesmo na dor crónica, mas existem outros indicadores que nos permitem procurar uma resposta. Mas voltando à questão da psiquiatrização do mal. Temos de nos lembrar que houve grandes alterações das conceções filosóficas no último século, um abandono dos critérios religiosos que veio quebrar o maniqueísmo que existia entre bem e mal. Tentou-se acabar com isso, e com grandes avanços sociais – basta lembrar que depois da II Guerra os homossexuais ainda iam para a cadeia em Inglaterra. Agora tudo isso levou a uma certa relegação para segundo plano da importância da moralidade na condução das nossas vidas.
Com riscos?
Tem-se entrado num extremo em que o risco é não punir, o que pode ter um impacto devastador nas vítimas. Se aceitarmos que um tipo mata a mulher porque teve um distúrbio explosivo intermitente, então desgraçadas das mulheres vítimas de violência, nunca tinham justiça. Idem para a pedofilia. São crimes com consequências terríveis ao longo da vida e que têm de ser punidos. Este Pedro Dias, pelo que tem sido dito, tem um historial de violência.
Num julgamento por violência doméstica terá sido diagnosticado um distúrbio de sociopatia.
E depois ouvimos dizer que recentemente um juiz lhe terá dado a guarda de uma filha de 14 anos. Como é que é possível? As pessoas não podem ser desculpabilizadas desta forma.
Não é estranho que as pessoas digam bem de Pedro Dias, não acreditem que tenha sido ele?
Estranho não é, muitos criminosos são simpáticos.
Com o Vítor Jorge foi a mesma coisa.
Mas o Vítor Jorge não tinha, que se saiba, antecedentes de violência.
Fala de fatores de risco e de escolhas. Mas o sistema de saúde e mesmo a justiça não deviam ser mais proativos?
Com certeza e devia haver mais hipóteses de institucionalização e acompanhamento. Por outro lado as cadeias estão a abarrotar de pessoas e não estão a ser redentoras. Se calhar temos de repensar tudo. Temos de arranjar um sistema prisional que leve as pessoas a melhorar os seus comportamentos no futuro. Mas penso que, em termos mundiais, tem de haver uma reflexão séria se não qualquer dia tudo é uma doença. E sobretudo uma maior atenção às vítimas, que também precisam de apoio e tornam-se pessoas mais vulneráveis. Parece que nunca se analisa a perspetiva da vítima, quando ser vítima é uma coisa terrível. Andar-se anos à espera de justiça, um sofrer e reviver constante do que se passou e ver que a pessoa que lhe fez tanto mal não sofre consequências é uma coisa horrível.
Em 2008, esteve refém no assalto a uma dependência do BES em Lisboa. A perceção do que é ser vítima vem-lhe daí?
Tenho tido vários episódios desagradáveis mas esse foi sem dúvida o mais traumatizante. E é muito curioso: a reação a uma situação de stress agudo, parece ser algo muito semelhante em todas as pessoas. Uns tempos depois falei com uma amiga que também trabalha em sono nos Estados Unidos e que um dia teve uma faca apontada ao pescoço. A reação dela no momento e depois foi exatamente igual à minha, isto com todas as diferenças culturais, de experiências de vida.
Que reações teve?
Primeiro reage-se como se nada fosse, parecia que estava tudo bem, e depois uma pessoa vai abaixo de uma forma impressionante, fica sem forças.
Teve uma arma apontada à cabeça. O que se sente num momento desses?
Pode haver várias soluções. A minha foi pensar que nada daquilo estava a acontecer, tentar afastar-me do problema.
Mas viu o filme da sua vida? Chorou?
Não, nada disso. E não chorei. É uma reação muito primária, tentar pensar que é uma arma de brincadeira. Em situações de stress agudo isto parece ser muito comum. Quando houve aquele acidente no aeroporto de Madrid, uma das crianças que sobreviveu só perguntava quando acabava o filme, para mudarem de canal. As pessoas tendem a viver a tragédia de uma forma irreal, é uma forma de sobrevivência. Não acontece com toda a gente mas aconteceu comigo, embora ao mesmo tempo tenha tido algumas reações mais lógicas, como olhar bem para os assaltantes para os poder identificar. Fiz tudo isso objetivamente mas ao mesmo tempo afastei-me da gravidade do problema.
Chegaram a ameaçá-la?
Sim, insultaram-me.
Neste caso de Aguiar da Beira, Pedro Dias terá ameaçado um dos casais a quem roubou um carro dizendo em voz alta “mato ou não mato” e a mulher amordaçada com uma batata na boca terá conseguido ir mordendo aos poucos para respirar melhor. Como é que numa situação destas se consegue ter este sangue frio?
São as nossas estratégias de sobrevivência. Eu, no meio daquele distanciamento todo, também me lembro de dizer a mim própria ‘tens de fazer o que eles querem’. Se não tinha tido mais chatices, se calhar davam-me um tiro. O cérebro em situações de stress funciona de forma estranha, o das vítimas e o dos agressores. Com o desenrolar da situação no BES, o mais natural era que se tivessem entregue. Mas eram rapazes novos, com aquele dinheiro todo à volta, tinham aquela ideia onírica que iam conseguir safar-se.
O homem que foi morto pela polícia foi o que a agarrou inicialmente. Quando soube do desfecho da operação não sentiu pena, uma certa compaixão pelo agressor?
Não, não tive. Mas também não fiquei com nenhum desejo negativo. O que me ofendeu mais foi o que ficou vivo e esse até foi salvo pelo meu genro.
Como?
É o médico em São José e estava de serviço. E eu fiquei contente com isso, não lhe pus nenhum processo. Agora isso não significa que não tenha achado legítima a intervenção dos snipers. Entre morrer um tipo que foi assaltar o banco ou os reféns, parece-me que a opção era evidente.
Depois do assalto defendeu maior apoio psicológico as vitimas. Continua a ser um apelo?
Sim, as vítimas são muito maltratadas em Portugal, pela morosidade da justiça mas por diferentes aspetos, pela falta de acompanhamento. Eu senti-me muito maltratada mas tenho recursos à minha disposição e tratei-me.
Precisou de ir a um psicólogo ou psiquiatra?
Não, fiz essa transição sozinha. O importante é assegurar que o stress agudo não passa a stress crónico, que não ficam sequelas. E essa aparição em público fez parte do processo. Temos de conseguir retirar algo positivo da experiência. Naquela altura havia muitos assaltos a bancos, todas as semanas, o que era verdadeiramente imoral, uma pouca vergonha mesmo. A empresa era assaltada, o seguro pagava e os funcionários tinham ordem de dar o dinheiro e ficar caladinhos.
Falar sobre o que passou é um primeiro passo?
Sim. Uma pessoa que passa pela situação de ter uma arma apontada à cabeça não pode ficar caladinha, tem de falar sobre isso. O assalto foi numa sexta-feira e eu falei aos jornalistas na terça ou na quarta. Já tinham passado uns dias mas eu, que não sou exatamente uma pessoa frágil, lembro-me que me sentia cansada, suava, tive de parar a meio. Mas ajudou outras pessoas. Recebi muitas mensagens de pessoas que tinham passado por aquilo e nunca tinham falado com ninguém. E teve outro impacto positivo, a segurança no BES, que na altura era pior do que a que eu tinha no consultório, mudou. Diziam que não podiam fazer nada mas alguma coisa fizeram porque os assaltos aos bancos acabaram.
Da sua experiência, quando tenta perceber a história dos doentes, quais são as vítimas mais silenciosas?
Talvez as vítimas de violência sexual. São muitas silenciosas, têm muita dificuldade em dizer aquilo por que passaram. Continua a haver um enorme estigma.
Sentem que podem ter sido culpadas?
Sim, mas também pensar que já não é “pura”, que foi algo feio. Já tive casos de mulheres que vivem a vida inteira e nunca chegam a contar aquilo aos maridos.
E vêm daí as dificuldades no sono, no casamento, na vida sexual?
Por isso é que temos de fazer a história clínica. Mas não tenho tido apenas casos de mulheres. Tive aqui uma vez um homem que pela primeira vez aos 80 anos contou a alguém que tinha sido vítima de abusos em criança e chorava. Nunca o esqueço. Guardou aquilo a vida toda, nunca fez vida com ninguém. Com certeza que os crimes de sangue são muito traumatizantes, mas estes podem ficar escondidos.
Ter passado pelo papel de vítima fez de si uma médica diferente?
Acho que sim e foi essencial. Quando nos acontece alguma coisa má o grande segredo é conseguir transformar isso numa coisa boa. Se o conseguirmos fazer ficamos muito mais resolvidos. Foi isso que eu fiz, aproveitei a experiência. Podemos seguir a lógica que se vê muito nas novelas da vingança, da mentira, do matar, ficar com as coisas a fazerem-nos mal, a remoerem-nos ou então optar por algo bom. O ódio é reverberante.
Consegue identificar o momento da sua vida em que teve essa perceção?
Tive uma situação no início da idade adulta em que percebi claramente que tem de haver uma alternativa boa para sair de qualquer situação. E isto é importante para ensinar os doentes, sejam vítimas ou agressores. Quando se estuda o bullying, por exemplo, percebe-se que os agressores acabam por ter maior risco de agressão, suicídio, uso de drogas do que as vítimas. Quando o mal se vira para dentro de nós, e podemos imaginar isso neste homem de Aguiar da Beira, o efeito é destruidor.
Nestas transmissões televisivas durante esta caça ao homem há quem use a expressão ‘o homem vira bicho’.
Os bichos não matam por nada, matam para sobreviver, para comer.
É a ideia de que só alguém num estado de irracionalidade pode fazer aquilo.
Desculpe, os bichos não são irracionais, prezam altamente a sua sobrevivência. Podem não ser tão sofisticados como nós. O homem pode virar demónio, diabo, mas não insultemos os animais. E se for assim, se tudo o que é mau for irracional, psiquiatrizável, por que se há-de excluir o terrorismo? Ou as pessoas que participaram nos extermínios nos campos nazis?
Estes casos sucessivos são motivo para dormirmos pior?
Certamente. Falámos de Aguiar da Beira mas esta situação no hipermercado no Barreiro ainda foi mais perigosa.
Um dos assaltantes foi morto e questiona-se sempre se a resposta da polícia é proporcional.
Sim, é uma questão que não está nada resolvida. Não sou apologista da violência, mas havendo uma ameaça é preciso responder. É como o caso do polícia que matou o miúdo cigano.
O Hugo Ernano.
O cigano leva o filho numa carrinha para roubar, a criança morre e o polícia é que tem de pagar uma indemnização à família. Para mim é uma história macabra.
Andamos mesmo a dormir pior?
Sim, há mais queixas. Vejo pelo consultório, tenho 15 a 20 marcações.
Vê alguma explicação?
Estamos numa sociedade em que todos os paradigmas estão a mudar demasiado rápido e isso exige uma enorme adaptação das pessoas. Nos últimos dias escrevi no meu site iSleep sobre as escravaturas sorridentes, que é um desses novos paradigmas e ao mesmo tempo também uma forma de violência.
Sorridentes porquê?
Porque as pessoas querem ter um salário que lhes permita ter uma vida relativamente boa e depois no dia-a-dia são tratadas como objetos de usar e deitar fora. Antes trabalhava-se de sol a sol e toda a gente achou bem que isso tenha acabado. Mas agora trabalha-se muito mais do que sol a sol. Há pessoas que passam o dia a receber notificações no computador a dizer que o prazo para esta ou aquele tarefa acabou. Há telefonemas do trabalho a qualquer hora. Há pessoas em caixas de supermercado horas a fio sem poder comer ou fazer xixi. Não é normal.
Depois chegam a casa e não desligam?
Sim, não dormem ou têm muitas dificuldades. Temos de pensar na sociedade que estamos a construir e mudar alguma coisa. Uma pessoa com um curso superior ou mais e ganhar menos que a minha empregada de limpeza, não é uma violência? Eu falo à vontade, pago aos meus funcionários de forma digna, por isso é que não sou rica.
Que erros nos afetam mais o sono?
Isso era conversa para outra hora.
Só umas dicas então.
Ficar a ver televisão até às tantas está fora de questão, não nos devemos deitar depois da uma da manhã. Não nos devemos levantar antes das 6h, não se deve fazer exercício depois das 20h e nem demasiado cedo. É importante horários regulares, comer a horas certas, descansar no fim de semana, não estar com o computador e coisas muito iluminadas na cama. Estes telemóveis têm uma luz azul que é a luz do nascer do sol, não nos vão deixar dormir.

original da entrevista em:http://ionline.sapo.pt/artigo/531780/como-funciona-o-cerebro-das-pessoas-violentas-


quarta-feira, 2 de novembro de 2016

A propósito das eleições nos EUA: interessa desinformar e manipular a opinião pública

Há meses que acompanhamos as presidências dos EUA, sabemos que se realizam finalmente a 8 de novembro. as últimas sondagens dão um empate técnico entre Clinton e Trump. e o que interessa é continuar a manipulação e condicionamento da opinião pública em prol dos interesses instalados nos EUA. os fazedores de opinião apoiam Hillary Clinton, porque será?

leia o artigo de John Pilger e perceba o que está em jogo.

O jornalista norte-americano Edward Bernays é frequentemente descrito como o homem que inventou a propaganda moderna.  Sobrinho de Sigmund Freud, o pioneiro da psicanálise, foi Bernays que cunhou o termo “relações públicas” como um eufemismo para os truques de comunicação (spin) e seus enganos.
Em 1929, persuadiu feministas a promoverem cigarros para mulheres fumando no desfile da Páscoa de Nova Iorque – comportamento considerado então bizarro. Uma feminista, Ruth Booth, declarou: “Mulheres! Acendam outra tocha da liberdade! Derrubem outro tabu sexista!” 
A influência de Bernays estendeu-se muito para além da publicidade. O seu maior sucesso foi papel que desempenhou em convencer o público norte-americano a aderir ao morticínio da Primeira Guerra Mundial. O segredo, disse, era a “engenharia do consentimento” das pessoas a fim de as “controlar e arregimentar de acordo com a nossa vontade sem que se dêem conta disso”. 
Descreveu isso como “o verdadeiro poder dominante na nossa sociedade” e chamou-lhe um “governo invisível”. 
Actualmente o governo invisível nunca foi tão poderoso e tão pouco compreendido. Na minha carreira como jornalista e cineasta, nunca conheci propaganda que interviesse tanto nas nossas vidas e permanecesse incontestada. 
Imaginem duas cidades. 
Ambas estão sob o cerco das forças do governo do país. Ambas estão ocupadas por fanáticos que cometem atrocidades terríveis, tais como a decapitação de pessoas. 
Mas existe uma diferença fundamental. Num dos cercos, os soldados do governo são descritos como libertadores por repórteres ocidentais neles incorporados, que entusiasticamente relatam as suas batalhas e ataques aéreos. Há primeiras páginas de jornais com fotos destes heróicos soldados a fazerem o V de vitória. Há escassa menção a baixas civis. 
Na segunda cidade – em outro país vizinho – quase exactamente o mesmo está a acontecer. As forças do governo sitiam uma cidade controlada pela mesma raça de fanáticos. 
A diferença é que esses fanáticos são apoiados, financiados e armados por “nós” – Estados Unidos e Grã-Bretanha. Eles dispõem até de um centro de media que é financiado pelos Estados Unidos e Grã-Bretanha. 
Outra diferença é que os soldados do governo que mantêm esta cidade sob cerco são os maus, condenados por agredir e bombardear a cidade – o que é exactamente o que os bons soldados fazem na primeira cidade. 
Faz confusão? Na verdade não. Tal é o duplo critério básico que é a essência da propaganda. Refiro-me, naturalmente, ao cerco actual da cidade de Mossul pelas forças do governo do Iraque, que são apoiadas pelos Estados Unidos e Grã-Bretanha e ao cerco de Alepo pelas forças do governo da Síria, apoiados pela Rússia. Um é bom; o outro é mau. 
O que raramente se informa é que ambas as cidades não teriam sido ocupadas por fanáticos e devastadas pela guerra se a Grã-Bretanha e os Estados Unidos não tivessem invadido o Iraque em 2003. Esse empreendimento criminoso foi lançado sob mentiras notavelmente semelhantes à propaganda que agora distorce a nossa compreensão da guerra civil na Síria. 
Sem o rufar dessa propaganda apresentada como notícia o monstruoso Daesh, a Al-Qaida, a al-Nusra e o resto da gangue jihadista poderia não existir, e o povo da Síria poderia não estar hoje a lutar pela sua vida. 
Alguns podem lembrar, em 2003, uma sucessão de repórteres da BBC a voltarem-se para a câmara e a dizer-nos que Blair fora “vingado” pelo que acabou por ser o crime do século. As redes de televisão norte-americanas produziram a mesma validação para George W. Bush. A Fox News foi buscar Henry Kissinger para apoiar as falsificações de Colin Powell. 
No mesmo ano, logo após a invasão, filmei uma entrevista em Washington com Charles Lewis, o famoso jornalista de investigatigação americano. Perguntei-lhe: “O que teria acontecido se os meios de comunicação mais livres do mundo tivessem seriamente contestado o que acabou por ser crua propaganda?” 
Respondeu que se os jornalistas tivessem feito seu trabalho, “há uma muito, muito boa probabilidade de que não teríamos ido para a guerra no Iraque”.
Foi uma declaração chocante, e apoiada por outros jornalistas famosos a quem coloquei a mesma pergunta – Dan Rather da CBS, David Rose do Observer e jornalistas e produtores da BBC, que preferiram o anonimato. 
Por outras palavras, se os jornalistas tivessem feito o seu trabalho, se tivessem contestado e investigado a propaganda ao invés de a amplificar, centenas de milhares de homens, mulheres e crianças estariam vivas hoje, e não haveria ISIS nem o cerco de Alepo ou Mossul. 
Não teria havido nenhuma atrocidade no metro de Londres em 7 de Julho de 2005. Não teria havido nenhuma fuga de milhões de refugiados; não haveria acampamentos miseráveis. 
Quando a atrocidade terrorista de Novembro último aconteceu em Paris, o presidente François Hollande enviou imediatamente aviões para bombardear a Síria – e mais terrorismo seguiu-se, como era de prever, o resultado da fanfarronada de Hollande acerca de a França estar “em guerra” e não “mostrar nenhuma clemência”. Que a violência estatal e violência jihadista se alimentam mutuamente é a verdade que nenhum líder nacional tem a coragem de exprimir. 
“Quando a verdade é substituída pelo silêncio”, disse o dissidente soviético Yevtushenko, “o silêncio é uma mentira.” 
O ataque ao Iraque, o ataque à Líbia e o ataque à Síria aconteceram porque o governo de cada um desses países não era um fantoche do Ocidente. O cadastro de direitos humanos de um Saddam ou de um Kadhafi era irrelevante. Não obedeceram a ordens nem renunciaram ao controlo dos seus países.
O mesmo destino aguardava Slobodan Milosevic uma vez que se recusou a assinar um “acordo” que exigia a ocupação da Sérvia e a sua conversão numa economia de mercado. O seu povo foi bombardeado, e ele foi processado em Haia. Independência deste tipo é intolerável. 
Como revelou a WikiLeaks, foi apenas quando o líder sírio, Bashar al-Assad, rejeitou em 2009 um oleoduto que atravessaria o seu país do Qatar para a Europa, que foi atacado. 
A partir desse momento, a CIA planeou destruir o governo da Síria com fanáticos jihadistas – os mesmos fanáticos que actualmente mantêm refém o povo de Mossul e de Alepo oriental. 
Por que não é isso notícia? O ex-funcionário da chancelaria britânica Carne Ross, que foi responsável pela manutenção de sanções contra o Iraque, disse-me: “Nós alimentávamos os jornalistas com factóides de inteligência higienizada, ou deixávamo-los congelados do lado de fora. Era assim que funcionava.”
O cliente medieval do Ocidente, a Arábia Saudita – à qual os EUA e a Grã-Bretanha vendem milhares de milhões de dólares em armas – está actualmente destruindo o Iémen, um país tão pobre que, no melhor dos casos, metade das crianças são desnutridas. 
Procure no YouTube e verá o tipo de bombas maciças – “nossas” bombas – que os sauditas usam contra aldeias miseráveis e contra casamentos e funerais.
As explosões parecem pequenas bombas atómicas. Os apontadores de bombards na Arábia Saudita trabalham lado a lado com os oficiais britânicos. Este facto não está no noticiário da noite. 
A propaganda é mais eficaz quando o nosso consentimento é engendrado por gente com uma boa educação – Oxford, Cambridge, Harvard, Columbia – e com carreiras na BBC, The Guardian, The New York Times, The Washington Post. 
Estas organizações são conhecidos como os media liberais. Apresentam-se como escllarecidos, tribunas progressistas do espírito moral (zeitgeist) da época. São anti-racistas, pró-feministas e pró-LGBT. 
E amam a guerra. 
Enquanto falam em defesa do feminismo, apoiam guerras de rapina que negam os direitos de inúmeras mulheres, incluindo o direito à vida.
Em 2011 a Líbia, então um estado moderno, foi destruída com o pretexto de que Muammar Kadhafi estava prestes a cometer genocídio contra o seu próprio povo. Foi uma notícia incessantemente repetida; mas não existia qualquer prova. Era uma mentira. 
Na verdade, a Grã-Bretanha, Europa e os Estados Unidos queriam aquilo a que gostam de chamar “mudança de regime” na Líbia, o maior produtor de petróleo da África. A influência de Kadhafi no continente e, acima de tudo, a sua independência eram intoleráveis. 
Assim, ele foi assassinado com uma faca no traseiro por fanáticos apoiados pelos Estados Unidos, Grã-Bretanha e França. Hillary Clinton aplaudiu a sua morte horrível diante das câmaras, declarando: “Viemos, vimos, ele morreu!” 
A destruição da Líbia foi um triunfo dos media. À medida que os tambores de guerra eram rufados, Jonathan Freedland escrevia no Guardian: ”Embora os riscos sejam muito reais, a necessidade de intervenção continua a ser forte.” 
Intervenção – uma palavra polida, benigna, utilizada pelo Guardian, cujo significado real, para a Líbia, foi a morte e destruição. 
De acordo com os seus próprios registos, a OTAN lançou 9.700 “missões de ataque” contra a Líbia, das quais mais de um terço foram apontadas a alvos civis. Incluíam mísseis com ogivas de urânio. Olhem para as fotografias dos escombros de Misurata e Sirte, e as valas comuns identificadas pela Cruz Vermelha. O relatório da UNICEF sobre as crianças mortas diz, “a maioria [delas] com idade inferior a dez anos”. 
Como consequência directa, Sirte tornou-se a capital do Daesh. 
A Ucrânia é outro triunfo dos media. Jornais liberais respeitáveis, como o New York Times, o Washington Post e The Guardian, e emissoras tradicionais, como a BBC, NBC, CBS, CNN têm desempenhado um papel fundamental no condicionamento dos seus telespectadores para aceitar uma nova e perigosa guerra fria. 
Todos têm deturpado os acontecimentos na Ucrânia como sendo um acto perverso da Rússia quando, na verdade, o golpe na Ucrânia em 2014 foi trabalho dos Estados Unidos, ajudados pela Alemanha e pela NATO. 
Esta inversão da realidade é tão difusa que a intimidação militar da Rússia por parte Washington não é notícia. É ocultada por trás de uma campanha de difamação e terror da mesma espécie daquela em que cresci durante a primeira guerra fria. Mais uma vez, os Ruskies estão a vir apanhar-nos, liderados por outro Estaline, que The Economist descreve como o diabo. 
A supressão da verdade sobre a Ucrânia é um dos mais completos blackouts noticiosos que posso lembrar. Os fascistas que engendraram o golpe em Kiev são da mesma cepa que apoiou a invasão nazi da União Soviética em 1941. De todos os alarmismos acerca da ascensão do fascismo anti-semita na Europa, nunca algum líder sequer menciona os fascistas na Ucrânia – excepto Vladimir Putin, mas esse não conta. 
Muitos nos media ocidentais têm trabalhado arduamente para apresentar a população étnica de língua russa da Ucrânia como estranha a seu próprio país, como agentes de Moscovo, quase nunca como ucranianos que pretendem uma federação dentro da Ucrânia e como cidadãos ucranianos resistindo a um golpe orquestrado pelo estrangeiro contra o seu governo eleito. 
Há quase a alegria de uma reunião de ex-alunos entre os belicistas. 
Os que rufam o tambor do Washington Post a incitar à guerra com a Rússia são os mesmos editorialistas que publicaram a mentira de que Saddam Hussein tinha armas de destruição em massa. 
Para a maior parte de nós, a campanha presidencial norte-americana é um espectáculo mediático coisas esquisitas, em que Donald Trump é o arqui-vilão.
Mas Trump é odiado por aqueles com poder nos Estados Unidos por razões que pouco têm a ver com os seus comportamento e opiniões obnóxias. Para o governo invisível em Washington, o imprevisível Trump é um obstáculo para o projecto da América para o século 21. 
Este é manter o domínio dos Estados Unidos, subjugar a Rússia e, se possível, a China. 
Para os militaristas em Washington, o verdadeiro problema com Trump é que, nos seus momentos de lucidez, ele parece não querer uma guerra com a Rússia; quer dialogar com o presidente russo, não combatê-lo; diz que quer dialogar com o presidente da China. 
No primeiro debate com Hillary Clinton, Trump prometeu não ser o primeiro a introduzir armas nucleares num conflito. Afirmou: “Eu certamente não faria o primeiro ataque. Uma vez que a alternativa nuclear se verifica, está tudo acabado”. Isso não foi notícia. 
Será que ele realmente quis dizer isso? Quem sabe? Muitas vezes ele contradiz-se. Mas o que está claro é que Trump é considerado uma séria ameaça ao status quo mantido pela vasta máquina de segurança nacional que dirige os Estados Unidos, pouco importando quem está na Casa Branca. 
A CIA quer vê-lo derrotado. O Pentágono quer vê-lo derrotado. Os media querem vê-lo derrotado. Mesmo o seu próprio partido quer vê-lo derrotado. Ele é uma ameaça para os governantes do mundo – ao contrário de Clinton, que não deixou nenhuma dúvida de que está preparada para ir para a guerra com armas nucleares contra a Rússia e a China. 
Clinton tem cabedal para isso, como muitas vezes se gaba. Na verdade, o seu registro é comprovado. Como senadora, apoiou o banho de sangue no Iraque. Quando concorreu contra Obama em 2008 ameaçou “obliterar totalmente” o Irão. Como secretária de Estado, foi conivente com a destruição de governos na Líbia e em Honduras e pôs em marcha o assédio da China. 
Ela já se comprometeu a apoiar um No Fly Zone (interdição de voo) na Síria – uma provocação directa para a guerra com a Rússia. Clinton pode muito bem tornar-se a mais perigosa presidente dos Estados Unidos de toda a minha vida – uma distinção para a qual a concorrência é feroz.

Sem um fiapo de prova, Clinton pôs-se a acusar a Rússia de apoiar Trump e de ter hackeado os seus emails. Divulgados pela WikiLeaks, esses emails revelam que tudo que Clinton diz em privado, em discursos e “palestras” compradas pelos ricos e poderosos, é exactamente o oposto do que ela diz publicamente. 
Por isso é tão importante silenciar e ameaçar furiosamente Julian Assange. Como editor da WikiLeaks, Assange conhece a verdade. E deixem-me esclarecer desde já e tranquilizar os muitos que se preocupam: Assange está bem; e a WikiLeaks está operando a pleno vapor. 
Está hoje em curso a maior acumulação de forças lideradas pelos EUA desde a Segunda Guerra Mundial – no Cáucaso e na Europa Oriental, na fronteira com a Rússia, na Ásia e no Pacífico, onde o alvo é a China. 
Tenha isso em mente quando o circo da eleição presidencial chegar ao seu final em 8 de Novembro. Se o vencedor for Clinton, um coro grego de patetas comentadores irá celebrar a sua coroação como um grande passo em frente para as mulheres. Nenhum vai mencionar as vítimas de Clinton: as mulheres da Síria, as mulheres do Iraque, as mulheres da Líbia. Ninguém vai mencionar os exercícios de defesa civil que estão sendo realizados na Rússia. Ninguém vai lembrar as “tochas da liberdade” de Edward Bernay. 
O porta-voz de George Bush certa vez chamou aos media “facilitadores cúmplices”. 
Vindo de um alto funcionário numa administração cujas mentiras, potenciadas pelos media, causaram aquele sofrimento, essa descrição é uma advertência da história. 
Em 1946 o acusador público do Tribunal de Nuremberga disse acerca dos media alemães: “Antes de cada grande agressão eles iniciaram uma campanha de imprensa calculada para enfraquecer as suas vítimas e para preparar psicologicamente o povo alemão para o ataque. No sistema da propaganda, as armas mais importantes foram a imprensa diária e a rádio.” 



quarta-feira, 19 de outubro de 2016

Não utilizar a Google Allo, é o alerta de Snowden

Os perigos que o ex-agente da CIA explicou com a utilização da recente aplicação da Google, a google allo, de mensagens instantâneas, é que com o tempo há uma recolha dos dados do usuário. são os serviços secretos norte-americanos que se irão apropriar dos dados do utilizador através das mensagens enviadas desde a app.


De acuerdo a la propia empresa "cuanto más utilizas Google Allo, más mejora con el tiempo", porque predice cada palabra o emoji. Eso significa que, en efecto, recolecta los datos del usuario, explicó Snowden.El exagente sostiene que la inteligencia norteamericana se apropia de los datos de los usuarios a través de los mensajes enviados de la app, que no están de modo incógnito por omisión.
Google lanza Allo, aplicación para mensajería instántanea
Google Allo es un servicio de mensajería presentado en mayo de este año en la conferencia para desarrollo Google 2016, en Moutain View, California, Estados Unidos, informó la compañía.
La nueva aplicación de mensajería inteligente ofrece respuesta al interlocutor basándose en la conversación. Por ejemplo, si está haciendo planes para ir a cenar, Google Allo le mostrará restaurantes cercanos.
En contexto
El pasado 28 de octubre de 2015, el Senado de los Estados Unidos (EE.UU.) aprobó la polémica Ley de Intercambio de Información de Seguridad Cibernética (CISA, por su sigla en inglés), que permite a las empresas de telecomunicaciones compartir información de sus usuarios con el Gobierno.
El extécnico de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense, Edward Snowden, se pronunció a través de su cuenta en la red social Twitter contra la ley CISA, al considerar que vulnera aún más la privacidad de la información de los norteamericanos.
A su reclamo se sumaron numerosas organizaciones defensoras de los derechos civiles.

ler artigo original em :
http://www.aporrea.org/tiburon/n297528.html


domingo, 9 de outubro de 2016

O mundo em mudança:suas características e dinâmicas

Neste artigo de opinião Ignacio Ramonet explica quais são as 10 chaves que explicam o novo sistema mundial. Foi no Encontro Bolivariano Antiimperialista, por ocasião do XI aniversário da criação do Comando Estratégico Operacional (CEO), em Caracas, na Venezuela, no final do mês de setembro.


¿Cómo es el Nuevo Sistema Mundo? ¿Cuáles son sus principales características ? ¿Qué dinámicas están determinando el funcionamiento real de nuestro planeta ? ¿Qué carácterísticas dominarán en los próximos 15 años, de aquí a 2030?

 Para tratar de describir este Nuevo Sistema Mundo y prever su futuro inmediato, vamos a utilizar la brujula de la geopolitica, una disciplina que nos permite comprender el juego general de las potencias y evaluar los principales riesgos y peligros. Para anticipar, como en un tablero de ajedrez, los movimientos de cada potencial adversario.

¿Qué nos dice esa brújula?

El declive de Occidente

La principal constatación es : el declive de Occidente. Por vez primera desde el siglo XV, los países occidentales están perdiendo poderío frente a la subida de las nuevas potencias emergentes. Empieza la fase final de un ciclo de cinco siglos de dominación occidental del mundo. El liderazgo internacional de Estados Unidos se ve amenazado hoy por el surgimiento de nuevos polos de poderío (China, Rusia, India) a escala internacional. El "desclasamiento estratégico" de Estados Unidos ha empezado. El "siglo americano" parece llegar a su final, a la vez que va desvaneciéndose el "sueño europeo"...

Aunque Estados Unidos sigue siendo una de las principales potencias planetarias, está perdiendo su hegemonía económica en favor de China. Y ya no ejercerá su ‘hegemonía militar solitaria’ como lo hizo desde el fin de la guerra fría (1989). Vamos hacia un munco multipolar en el que los nuevos actores (China, Rusia, India) tienen vocación a constituir sólidos polos regionales y a disputarle la supremacía internacional a Washington y a sus aliados históricos (Reino Unido, Francia, Alemania, Japón).

En tercera linea aparecen ahora una serie de potencias intermediarias, con demografías en alza y fuertes tasas de crecimiento económico, llamadas a convertirse también en polos hegemónicos regionales y con tendencia a transformarse, de aqui a 15 años, en un grupo de influencia planetaria (Indonesia, Brasil, Vietnam, Turquía, Nigeria, Etiopía).

Para tener una idea de la importancia y de la rapidez del desclasamiento occidental que se avecina, baste con señalar estas dos cifras : la parte de los países occidentales en la economía mundial va a pasar del 56% hoy, a un 25% en 2030... O sea que, en menos de quince años, Occidente perderá más de la mitad de su preponderancia económica... Una de las principales consecuencias de esto es que EE UU y sus aliados ya no tendrán los medios financieros para asumir el rol de gendarmes del mundo... De tal modo que este cambio estructural podría lograr debilitar durablemente a Occidente.

 Imparable emergencia de China

El mundo pues se "desoccidentaliza" y es cada vez más multipolar. Destaca, una vez más, el rol de China que emerce, en principio, como la gran potencia en ciernes del siglo XXI. Aunque China se halla lejos aún de representar un auténtico rival para Washington. Por una parte, la estabilidad del Imperio del Medio no está garantizada porque coexisten en su seno el capitalismo más salvaje y el comunismo más autoritario. La tensión entre esas dos dinámicas causarà, tarde o temprano, una quebradura que podría debilitar su potencia.

De todos modos, hoy por hoy, en 2016, los Estados Unidos siguen ejerciendo una indiscutible dominación hegemónica sobre el planeta. Tanto en el dominio militar (fundamental) como en varios otros sectores cada vez màs determinantes : en particular, el tecnológico (Internet) y el soft power (cultura de masas). Lo cual no significa que China no haya realizado prodigiosos avances en los últimos treinta años. Nunca en la historia, ningún país creció tanto en tan poco tiempo.

Por el momento, mientras declina el poderío de Estados Unidos, el ascenso de China es imparable. Ya es la segunda potencia economica del mundo (delante de Japón y Alemania).

Para Washington, Asia es ahora la zona prioritaria desde que el presidente Obama decidió la reorientación estratégica de su política exterior. Estados Unidos trata de frenar allí la expansion de China cercándola con bases militares y apoyándose en sus socios locales tradicionales : Japón, Corea del Sur, Taiwán, Filipinas. Es significativo que el primer viaje de Barack Obama, después de su réelección en 2012, haya sido a Birmania, Cambodia y Tailandia, tres Estados de la Asociación de naciones de Asia del Sureste (ASEAN), una organización que reúne a los aliados de Washington en la región, la mayoría de cuyos miembros tienen problemas de límites marítimos con Pekín.

Los mares de China se han convertido en las zonas de mayor potencial de conflicto armado del area Asia-Pacífico. Las tensiones de Pekín con Tokyo, a propósito de la soberanía de las islas Senkaku (Diaoyú para los chinos). Y también la disputa con Vietnam y Filipinas sobre la propiedad de las islas Spratly está subiendo peligrosamente de tono. China está modernizando a toda marcha su armada. En 2012, lanzó su primer portaaviones, el Liaoning, y está construyendo un segundo, con la intención de intimidar a Washington. Pekín soporta cada vez menos la presencia militar de Estados Unidos en Asia. Entre estos dos gigantes, se está instalando una peligrosa « desconfianza estratégica » que, sin lugar a dudas, podria marcar la política internacional en esta región de aqui a 2030.

El terrorismo yihadista

Otra de las amenazas globales que nos indica nuestra brújula es el terrorismo yihadista practicado ayer por Al Qaeda y hoy por la Organizacion Estado Islàmico o Daesh (ISIS, en inglés). Las principales causas de ese terrorismo yihadista actual hay que buscarlas en los desastrosos errores y los crímenes cometidos por las potencias que invadieron Irak en 2003. Además de los disparates de las intervenciones en Libia (2011) y en Siria (2014).

En Oriente Proximo se sigue situando el actual foco perturbador del mundo. En particular en torno a la inextricable guerra civil en Siria. Lo que está claro es que, en ese país, las grandes potencias occidentales (Estados Unidos, Reino Unido, Francia), aliadas a los Estados que más difunden por el mundo una concepción arcaica y retrógrada del islam (Arabia Saudíta, Qatar y Turquía), decidieron apoyar (con dinero, armas e instructores) a la insurgencia islamista sunní. Estados Unidos constituyó en esa región un amplio « eje sunní » con el objetivo de derrocar a Bachar El Asad y despojar así a Teherán de un gran aliado regional. Pero el gobierno de Bachar El Asad, con el apoyo de Rusia e Iràn, ha resistido y sigue consolidándose. El resultado de tantos errores es el terrorismo yihadista actual que multiplica los atentados odiosos contra civiles inocentes en Europa y Estados Unidos.

Algunas capitales occidentales siguen pensando que la potencia militar masiva es suficiente para venir a cabo del terrorismo. Pero, en la historia militar, abundan los ejemplos de grandes potencias incapaces de derrotar a adversarios más débiles. Basta recordar los fracasos norteamericanos en Vietnam en 1975, o en Somalia en 1994. En un combate asimétrico, aquél que puede más, no necesariamente gana. El historiador Eric Hobsbawn nos recuerda que « En Irlanda del Norte, durante cerca de treinta años, el poder británico se mostró incapaz de derrotar a un ejército tan minúsculo como el del IRA ; ciertamente el IRA no tuvo la ventaja, pero tampoco fue vencido. »

Los conflictos de nuevo tipo, cuando el fuerte enfrenta al débil o al loco, son más fáciles de comenzar que de terminar. Y el empleo masivo de medios militares pesados no permite necesariamente alcanzar los objetivos buscados.

La lucha contra el terrorismo también está autorizando, en materia de gobernación y de política interior, todas las medidas autoritarias y todos los excesos, incluso una versión moderna del « autoritarismo democrático » que toma como blanco, más allá de las organizaciones terroristas en sí mismas, a todos los insumisos y protestatarios que se oponen a las políticas globalizadoras y neoliberales.

Hay crisis para largo...

Otra constatación importante : los países ricos siguen padeciendo las consecuencias del terremoto económico-financiero que fue la crisis del 2008. Por primera vez, la Unión Europea, (y el « Brexit » lo confirma), ve amenazada su cohesión y hasta su existencia. En Europa, la crisis economica durará al menos un decenio más, es decir hasta por lo menos 2025...

Decimos que hay crisis, en cualquier sector, cuando algún mecanismo deja de pronto de actuar, empieza a ceder y acaba por romperse. Esa ruptura impide que el conjunto de la maquinaria siga funcionando. Es lo que está ocurriendo en la economía mundial desde que estalló la crisis de las sub-primes en 2007-2008.

Las repercusiones sociales de ese cataclismo económico han sido de una brutalidad inédita: 23 millones de desempleados en la Unión Europea y más de 80 millones de pobres… Los jóvenes en particular son las víctimas principales; generaciones sin futuro. Pero las clases medias también están asustadas porque el modelo neoliberal de crecimiento las abandona al borde del camino.

La velocidad de la economía financiera es hoy la del relámpago, mientras que la velocidad de la política, por comparación, es la del caracol. Resulta cada vez más dificil conciliar tiempo económico y tiempo politico. Y también crisis globales y gobiernos nacionales. Todo esto provoca, en los ciudadanos, frustración y angustia.

 
La crisis global produce perdedores y ganadores. Los ganadores se encuentran, esencialmente, en Asia y en los países emergentes, que no tienen una visión tan pesimista de la situación como la de los europeos. También hay muchos « ganadores » en el interior mismo de los países occidentales cuyas sociedades se hallan fracturadas por las desigualdades entre ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres.

En realidad, no estamos soportando una crisis, sino un haz de crisis, una suma de crisis mezcladas tan intimamente unas con otras que no conseguimos distinguir entre causas y efectos. Porque los efectos de unas son las causas de otras, y asi hasta formar un verdadero sistema. O sea, enfrentamos una auténtica crisis sistémica del mundo occidental que afecta a la tecnología, la economía, el comercio, la política, la democracia, la identidad, la guerra, el clima, el medio ambiente, la cultura, los valores, la familia, la educación, la juventud, etc.

Desde el punto de vista antropológico, estas crisis se están traduciendo por un aumento del miedo y del resentimiento. La gente vive en estado de ansiedad y de incertidumbre. Vuelven los grandes pánicos ante amenazas indeterminadas como pueden ser la pérdida del empleo, los electrochoques tecnológicos, las biotecnologías, las catástrofes naturales, la inseguridad generalizada... Todo ello constituye un desafio para las democracias. Porque ese terror se transforma a veces en odio y en repudio. En varios países europeos, y también en Estados Unidos, ese odio se dirige hoy contra el extranjero, el inmigrante, el refugiado, el diferente. Está subiendo el rechazo hacia todos los "otros" (musulmanes, latinos, gitanos, subsaharianos, "sin papeles", etc.) y crecen los partidos xenófobos y de extrema derecha.